I Jornada Lorca Resiliente

Los Concejales de Emergencias y Reconstrucción tras el Terremoto en el Ayuntamiento de Lorca, Eduardo Sánchez y Satur Martínez, han clausurado la I Jornada Lorca Resiliente que se ha celebrado en Lorca del 26 al 28 de noviembre en clave autocrítica al defender que para ciudades en situación de riesgo de desastres naturales, como Lorca, "los gobernantes tenemos la responsabilidad de mejorar y garantizar al máximo posible la seguridad de los ciudadanos y reducir los daños, pero esto es imposible sin la colaboración de los ciudadanos que tienen que conocer el riesgo, concienciarse y minimizarlo en su entorno ya sea familiar, laboral o de ocio".

En las conclusiones, que serán publicadas en un libro junto a las conferencias, ponencias y contenidos multimedia, se puede avanzar que el subtítulo "Lecciones aprendidas" ha sido el eje central de las intervenciones, llegando a ser propuesta Lorca como Ciudad Modelo por la oficina técnica de la ONU, UNISDR, para la toma de decisiones tendentes a establecer protocolos de ayuda y fomentar la cultura de la autoprotección ante desastres. Su ejemplo podría ser expuesto en la tercera conferencia internacional de Hyogo (Japón) en 2015 ante más de 8.000 representantes de 168 países del mundo.

En la última intervención administrativa, la Concejal Delegada para la Gestión y Recuperación de Lorca tras los Terremotos, María Saturnina Martínez, abogaba por introducir medidas excepcionales que agilicen la resolución de "los problemas" y prioricen el bien común frente al individualismo al recordar que "el marco normativo y legislativo existente y promulgado durante los siglos XX y XXI que regulan la convivencia ciudadana en tiempos de normalidad, dificultan la reconstrucción de la ciudad afectada por un desastre natural".

Las mesas de debate han extrapolado la necesidad de prevenir y formar, así como de agilizar la tramitación de medidas resolutivas tendentes a la estabilización e inicio de la recuperación. El salto a la generalización del uso de las tecnologías de la comunicación también ha centrado las intervenciones técnicas de los profesionales de emergencias, junto a la improrrogable homogeneización de la información.

Se ha propuesto acuñar el término 'plan familiar de emergencias' que incluya, al menos un protocolo de comunicación en situación de desastre y un lugar de encuentro preestablecido entre lo miembros de cada unidad familiar para casos de desastres resumido porque "la población no sabía cómo encontrar a sus familiares en ausencia de telecomunicaciones".

En el contexto científico, se ha puesto de relieve la carencia de cartografía detallada de las fallas activas próximas a las ciudades y la parametrización de su actividad para calcular de forma adecuada la amenaza sísmica y planificar mejor la capacidad resiliente de una población. Proyectar la vulnerabilidad de los espacios afectados se ha hecho imprescindibles.

En el marco legal, la instantánea fue de los más conciliadora: no hubo ninguna problemática penal con motivo del terremoto e, incluso, disminuyó la comisión de todo género de delitos.

De la experiencia obtenida durante la gestión de dicha emergencia, la de mayor aceleración del país hasta el momento (0,36G) se ha puesto de manifiesto la necesidad de mejorar y desarrollar la protocolización de los distintos grupos de acción que intervienen en una emergencia de estas características. Para ello, se han desarrollado protocolos específicos de actuación para determinados colectivos, encuadrados en los grupos de acción de SISMIMUR.

Lorca ha recibido durante la jornada el diploma que le acredita como miembro efectivo número 2.442 de la campaña de Ciudades Resilientes (UNISDR) del mundo. La gestión municipal ya ha sido galardonada con el premio 'Damir Cemerin' de Naciones Unidas a las medidas adoptadas por el municipio para mejorar la calidad de vida de las personas mayores y su capacidad para sobreponerse a los efectos del terremoto y, actualmente, ha presentado su candidatura al 'Desafío 100 Ciudades Resilientes' (100 RC, 100 Resilient Cities challenge), una iniciativa de la Fundación Rockefeller en la que también participan ciudades como Dakar, Río de Janeiro, Los Ángeles, Nueva York, Melbourne y San Francisco.

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