El ex alcalde de Lorca, Miguel Navarro, se da de baja en el PSOE tras su implicación en el caso Limusa

Lorca (Murcia), 29 jul (EFE).- El ex alcalde socialista de la ciudad murciana de Lorca Miguel Navarro ha solicitado su baja en el PSOE tras 33 años de militancia, dos meses después de su arresto por su presunta implicación en una trama de corrupción investigada en la empresa de limpieza local Limusa, en la que está imputado.

Fuentes del PSOE han revelado a Efe que Navarro ya "no aparece como militante en los censos oficiales que periódicamente envía el órgano federal correspondiente" al partido en Lorca, aunque han rehusado ofrecer más información sobre esta baja voluntaria.

El día de su arresto, el pasado 26 de mayo, la ejecutiva del PSOE murciano anunció la apertura de un expediente de expulsión contra el imputado por un presunto delito de malversación de fondos públicos, alcalde de Lorca con mayoría absoluta durante 14 años, de 1993 a 2006, y presidente de la Asamblea Regional de Murcia, el Parlamento autonómico de esta región, ubicado en Cartagena, de 1987 y 1993.

Navarro dimitió de su cargo de alcalde el 25 de julio de 2006, cuando se había convertido en el primer edil de esa ciudad, de unos 80.000 habitantes, la tercera más poblada de la región de Murcia, que más tiempo había ocupado esa responsabilidad municipal durante el último período democrático y en el que más veces gobernó con mayoría absoluta.

Navarro, de 57 años, está casado, tiene cinco hijos y un nieto, es profesor de educación Primaria y de Pedagogía Terapéutica, aunque no ejerce, y permanece apartado de la vida política desde 2007.

Se afilió al PSOE y a UGT en 1976, y llegó a la alcaldía de Lorca en 1993, heredando el puesto de su antecesor en el cargo, el ex senador socialista José Antonio Gallego, que luego se convirtió en uno de sus principales azotes políticos y que en los meses previos a la dimisión de aquél le recriminó su paulatino alejamiento de la disciplina del PSOE.

Durante sus dos legislaturas como presidente del Parlamento regional, con mayoría absoluta del PSOE, concentró sus esfuerzos en la reforma del reglamento de la Cámara y tendió puentes hacia la sociedad mediante proyectos de colaboración con entidades regionales de reconocido prestigio, como la universidad pública de Murcia.

En ese período vivió en primera persona la quema de la sede parlamentaria el 3 de febrero de 1992, tras los disturbios que se produjeron en aquella fecha con motivo de la conflictividad laboral de la ciudad portuaria de Cartagena.

Tras su llegada al ayuntamiento, trabajó para la reconversión del modelo socioeconómico del municipio para diversificar la economía local y dar más protagonismo al sector terciario, ante el excesivo peso del primario.

Su política de convenios urbanísticos para propiciar desarrollos turísticos y residenciales y su apoyo a la política de trasvases como solución al déficit hídrico de Lorca lo fue apartando de la disciplina del PSOE en los últimos años, y en 2003 dimitió de su puesto en el comité federal del PSOE murciano, que ocupó durante 20 años.

Cercano en el trato, polémico y controvertido en muchas de sus declaraciones, durante sus años de actividad política despertó a partes iguales críticas y adhesiones, y su presencia ha sido habitual en la lista de personajes más influyentes de la región de Murcia en los últimos lustros.

Su último cargo público fue el de diputado regional, que mantuvo hasta los comicios autonómicos de mayo de 2007. EFE

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