La concejala de esta formación, Gloria Martín, lamenta que el PP vele sólo por los intereses de la patronal local y regional mientras contribuye a lesionar los derechos de la clase trabajadora y promueve las compras compulsivas y un consumismo insostenible
La concejala de Izquierda Unida Verdes en Lorca, Gloria Martín, ha criticado duramente la decisión del equipo de Gobierno municipal de declarar como aperturable para las grandes superficies comerciales la jornada del próximo 23 de noviembre, festividad local.
Martín ha denunciado que el decreto da satisfacción a una petición de la Unión Comarcal de Comerciantes, la Cámara de Comercio, Ceclor y la Asociación de supermercados de la Región de Murcia, mientras no tiene en cuenta a los sindicatos, que representan el sentir de la clase trabajadora.
La declaración como festivo aperturable se cambia de este viernes 12 de octubre al 23 de noviembre, y ha sido anunciada con sólo tres días de antelación "sin tener en cuenta las necesidades familiares y sociales de los trabajadores".
"Lo que hace el PP es velar exclusivamente porque la patronal local y regional amplíe sus márgenes de beneficio en detrimento de los derechos de los trabajadores, que cada vez tienen más difícil conciliar su vida familiar con la laboral", dijo Martín.
La edil de IU-Verdes aseguró que esta medida daña también al pequeño comercio de proximidad, vertebrador de territorio y generador de empleo, ya que "no puede competir con las grandes cadenas".
La concejala de IU-Verdes también ha lamentado que desde el equipo de Gobierno municipal se promueva el consumismo como principal actividad para evitar la "fuga" de lorquinos a la capital regional el día de San Clemente. "Quizá si desde el Ayuntamiento se ofrecieran alternativas culturales lo suficientemente atractivas, los vecinos no tendrían que recurrir al Corté Inglés ni sucumbir al "Black Friday". Una moda importada de Estados Unidos que fomenta las compras compulsivas y el consumo insostenible.
Martín dijo sentirse "apenada" porque la administración pública participe en "una trampa" en la que el consumidor deja a un lado valores y necesidades vitales y enfoca la compra como un medio para alcanzar la felicidad, que se torna inalcanzable, puesto que las empresas sumergen al individuo en un estado de insatisfacción permanente a medida que desarrollan nuevos productos.
Como resultado, las personas se vuelven esclavas de aquello que la sociedad, por influencia determinante de la cultura mediática —ordenada por el poder de la industria— establece como una prioridad de consumo. "Que el Ayuntamiento se preste a este juego y lo fomente nos parece terrible", aseguró.
Por ello, IU apuesta "por una nueva cultura del consumo que sirva para propiciar una mayor cohesión social y tenga en cuenta los principios del Comercio Justo y la Responsabilidad Social Corporativa", concluyó.