Al acto, que ha tenido lugar a las 11 de la mañana en la Alameda de la Constitución, han acudido miembros de todos los partidos políticos que componen la Corporación Municipal.
El Ayuntamiento de Lorca ha organizado un acto homenaje con motivo del XXII aniversario del asesinato del concejal Miguel Ángel Blanco. En concreto, ha sido hoy, a las 11 de la mañana en la Alameda de la Constitución y a él han acudido miembros de todos los partidos políticos que componen la Corporación Municipal lorquina.
Desde los grupos municipales que representan a Partido Socialista, Ciudadanos, Partido Popular, Izquierda Unida y Vox se concentraban para leer el manifiesto denominado “La voz de las manos blancas”, remitido por la propia Fundación Miguel Ángel Blanco, desde el pleno convencimiento de que solo a través de la defensa de los valores democráticos, de respeto y convivencia en paz, se puede construir una sociedad libre. Se realizará, además, una ofrenda floral.
Un acto que se viene celebrando anualmente en nuestra ciudad, a iniciativa de la organización juvenil Nuevas Generaciones, con el respaldo del Ayuntamiento de Lorca y con la participación de todos los grupos políticos lorquinos y, también, de numerosas asociaciones de la localidad con el objetivo de homenajear a una persona que ha marcado la historia de España, dando como fruto el denominado espíritu de Ermua, así como su manifiesto, que consiguió aglutinar a los responsables públicos en torno a la defensa de los valores de la democracia y el rechazo al terrorismo de ETA.
Miguel Ángel Blanco era concejal del Partido Popular en Ermua (Vizcaya) cuando, con 29 años, varios miembros de la banda terrorista Euskadi Ta Askatasuna (ETA) lo secuestraron para presionar al gobierno español para que se produjera el acercamiento de los presos de la banda a cárceles vascas. Una amenaza que 48 horas después se hacía realidad y aparecía asesinato en la localidad guipuzcoana de Lasarte. Su secuestro y asesinato supuso un antes y un después en la sociedad del momento ya que la gente se manifestó en todos los puntos de España para mostrar el hartazgo ante un miedo constante conseguido por el terrorismo de ETA. Un movimiento social que se considera el nacimiento de la lucha por la firmeza democrática y el reconocimiento general del valor de las víctimas del terrorismo.