En su mirada penetrante como de halcón en busca de su presa, casi se podía adivinar a través de sus ojos azules, lo que de mayor sería. Apenas con 16 años buscó a un entrenador para ponerse a punto y por esas cosas del destino, encontró a alguien que no sólo lo preparó y enseñó, sino que se convirtió en prácticamente un hijo.
Apenas un año después se había convertido en un atleta excepcional, haciendo unas marcas increíbles. José Luís decide probar fortuna en un cuerpo de leyenda, la Legión Extranjera Francesa, un cuerpo con una historia, que a muchos helaría la sangre, de una disciplina férrea y castigos corporales. Ellos presumen de ir donde nadie quiere.
El caso es que José, como le conocemos cariñosamente, se marcha a Francia y se alista, consiguiendo pasar todas las pruebas con el número uno. Empieza su instrucción de cuatro meses durísimos, infernales en los que el hambre y el maltrato físico y psicológico, estaban presentes día a día, pero en su mente se había instalado una idea, no estaba satisfecho con haber conseguido entrar en la Legión Extranjera Francesa. Para su espíritu aventurero y soñador, algo le decía que ese no era su sitio. Abandona la legión dos semanas antes de terminar la instrucción.
Vuelve a la Lorca de su niñez, y le dice a su entrenador, con el que tiempo atrás había mantenido una con conversación efímera, que quería intentar en el ejército de los EEUU. Recuerdo que le escuché muy atentamente, y le dije "¿dónde quieres entrar?". Se hizo un silencio que se podía cortar, apenas unos segundos después me contesta, "voy a entrar en los Boinas Verdes". Bien le dije, no hablas inglés, no eres americano, no tienes permiso de residencia, no tiene trabajo, te faltan estudios, como verás "vamos sobrados". Su contestación fue taxativa, simplemente dijo "me voy en dos meses.". Solamente le dije, "nos quedan dos meses de mucho trabajo, vamos a ello".
Dicho y hecho, dos meses después viajaba rumbo a Tejas con 600 euros y un montón de ilusiones. Gracias a Dios a otro día de pisar suelo americano, encontró trabajo en la construcción, lo que le sirvió para poder mantenerse, matricularse para aprender inglés perfectamente, y terminar los estudios superiores. Esto que refiero de forma escueta, le costó a Jose la friolera de casi cuatro años durísimos, trabajando entre diez y doce horas al día, todo ello en aras de hacer su sueño realidad. No cuento lo que hubo de luchar para poder conseguir los papeles, las entrevistas con migración, las investigaciones e interrogatorios del FBI, en fin otro infierno burocrático.
Superado todo esto, quedaba hacer su sueño realidad. Como siempre con ese espíritu de guerrero, dispuesto a afrontar todo lo que fuese necesario, se dirige a una oficina de reclutamiento. Allí el sargento encargado de alistar a los jóvenes le dice que es el primer español que alista, y que no tenía constancia de ningún español en el ejército americano. Después de unas pruebas médicas completísimas, llegan las psicológicas, y por último las físicas donde logra de nuevo ser el mejor.
Actualmente se encuentra destinado en una de las unidades más operativas del Army, concretamente en el Airbone con base en Ford Brang en Carolina del Norte. Jose se ha convertido en el primer español que consigue entrar en las fuerzas armadas de EEUU.