"Cebaderos convertidos en infravivienda en la huerta de Lorca"

Nueva denuncia de IU

Con el sistema productivo lorquino basado en el "agua para todos", en la agricultura intensiva del plástico, en la mano de obra barata y en los salarios miserables, el mercado de vivienda que mejor funciona en Lorca es el de la infravivienda.

La infravivienda en los barrios altos de Lorca o en el mismo campo para alquilar o vender a trabajadores es un mercado en auge

Sosa afirma que pese a haberlo pedido en muchas ocasiones no se controlan las condiciones de habitabilidad de las viviendas que se alquilan a trabajadores en el campo de Lorca, en los barrios y en el centro de la ciudad

El portavoz de IU-Verdes en el Ayuntamiento de Lorca, Pedro Sosa, atendiendo a una denuncia vecinal de un colectivo de ciudadanos que residen en la diputación de Tercia, pedanía de la huerta lorquina próxima a la ciudad, ha puesto de relieve esta mañana ante los medios de comunicación la conversión ilegal de cebaderos y pequeñas explotaciones porcinas en infraviviendas que se está llevando a cabo en el campo de Lorca. Un fenómeno que IU vincula a dos circunstancias muy claras. La primera la existencia de un sistema productivo arcaico basado en salarios miserables y precarios, y la segunda, una administración que mira para otro lado frente a la irregularidad urbanística de algunos empresarios del campo.

Sosa afirma que el sistema productivo lorquino actual es el que han venido defendiendo los dos partidos mayoritarios que han gobernado Lorca y la Región en las últimas décadas (el PP y el PSOE). Un sistema que no salió en defensa del que, durante décadas, fue un próspero sector secundario lorquino, y que dejó caer a las fábricas textiles y del curtido que empleaban a miles de lorquinos y lorquinas. Un sistema que se echó en manos de la especulación del suelo y la vivienda hasta que estalló ese mercado, causando una de las crisis más severas que hemos vivido. Un sistema que después del crack inmobiliario ha potenciado con ayudas y subvenciones multimillonarias al sector primario, dando un peso mayor del que sería deseable a los cultivos intensivos bajo plástico, que devoran recursos naturales esenciales con escasas contemplaciones y que generan miles de salarios miserables y precarios que han acabado convirtiendo al municipio de Lorca en uno de los municipios más pobres de España.

Y con salarios miserables y precarios, no es posible que se active ningún mercado de vivienda nueva y normalizada, y, lo lógico, afirma Sosa, es que se dispare el mercado de la infravivienda. Sosa sostiene que si miramos en balcones y ventanas del centro de la ciudad, veremos muchas ofertas de venta y alquiler de casas para los que no hay demanda por que los salarios no dan para eso. Por ello muchos trabajadores viven hacinados en infraviviendas en los barrios y en vergonzantes explotaciones ganaderas ilegalmente reconvertidas en infraviviendas.

Pero además del sistema productivo que tenemos, Sosa afirma que para que el mercado de la infravivienda funcione se hace necesario también que falle el control de la Administración local. Nos consta, al menos así nos lo han asegurado los responsables de la disciplina urbanística municipal, que existen órdenes de paralización de esas obras en los cebaderos de Tercia, pero se incumplen, y la administración municipal, lejos de defender el respeto por la legalidad y de incoar expedientes encaminados a precintar las obras y sancionar a los responsables, dejan actuar a los incumplidores, y así no hay manera de atajar este fenómeno que, en poco tiempo, acabará generando también un conflicto vecinal.

Es evidente que estas infraviviendas carecen de las oportunas licencias y permisos y, con toda seguridad, se encontrarán fuera de ordenación en el Plan General de Ordenación Urbana. Se trata de soluciones habitacionales ilegales para trabajadores pobres que, en no pocas ocasiones, no sabemos si este es el caso, trabajan en explotaciones agrícolas y ganaderas del mismo empresario que construye las casas y que estaría generando un asentamiento ilegal que además tiene derivaciones en otros órdenes distintos al urbanismo, como el social y el laboral.

Sosa ha afirmado que pasa lo mismo con la infravivienda ruinosa en los barrios. Estamos cansados de exigir al Concejal de Urbanismo del PSOE que revise las condiciones de habitabilidad de las viviendas de los barrios altos de Lorca y no hacen nada. Tampoco hacen nada, abunda el concejal de IU, para obligar a los bancos a mantener en condiciones de seguridad, salubridad y ornato sus múltiples propiedades desahuciadas; unos bancos y entidades financieras que, además, se cruzan de brazos ante el fenómeno de ocupación de sus propiedades.

El portavoz de IU adelanta que volverán a llevar al Pleno del Ayuntamiento de Lorca una iniciativa para controlar las condiciones de habitabilidad de las viviendas que se alquilan a los trabajadores en todo el campo de Lorca, en los barrios y en el centro de la ciudad.

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