Es el momento de actuar si no queremos lamentar males mayores. La calle Cava, en las inmediaciones de un colegio, tuvo que ser cortada ayer por la caída de la techumbre de una casa. Hace unos días la lluvia provocó la caída de una cornisa frente a los juzgados. Los escombros aún siguen en el mismo sitio porque nadie los ha recogido.
Si los lorquinos tienen que esperar a que venga un ministro para que el ayuntamiento compruebe el estado de las construcciones del casco histórico, será muy mala señal, porque los vecinos de la zona nos han advertido de que existen numerosas casas que deberían ser revisadas a la mayor brevedad posible por su pésimo estado de conservación.
Las lluvias de los últimos días han puesto de manifiesto la necesidad de continuar con las revisiones que se venían realizando en el casco histórico por parte de nuestro ayuntamiento para evitar que se registraran incidencias, principalmente caída de cascotes, tejas y otros elementos constructivos.
El concejal de Emergencias en el ayuntamiento de Lorca por el Partido Popular, Juan Miguel Bayonas, ha indicado que la previsión meteorológica que todos podemos consultar en internet indica que durante los próximos días existe alta probabilidad de que se vuelvan a producir precipitaciones en nuestro municipio, por lo que proponemos que, tal y como se hacía periódicamente durante los años de gobierno del PP en Lorca, se emprenda con carácter urgente una revisión generalizada para evaluar el estado de las construcciones ubicadas tanto en el casco histórico como en otros enclaves del municipio susceptibles de presentar peligrosidad.
Durante estos días hablamos de lluvias, pero en otras ocasiones puede ser el viento o el efecto de los bruscos cambios de temperatura, que provocan la contracción y dilatación de materiales y su caída a la vía pública. Por tanto, se hace precisa una intervención municipal con carácter preventivo para suprimir el riesgo de accidentes. Los derrumbes de estos días, afortunadamente no han supuesto daños personales, pero no podemos dejar al azar que esta situación se mantenga. Es el momento de que el ayuntamiento retome estas revisiones, en las que participaban técnicos municipales, bomberos y el Servicio Municipal de Emergencias.
Hemos de indicar que precisamente gracias al desarrollo de estas tareas nos hemos ahorrado más de un disgusto, ya que procedíamos a sanear cualquier elemento que presentara riesgo de caer a la calle, tales como aleros, fachadas, cornisas o tejas.
Cabe señalar que tenemos la Semana Santa a la vuelta de la esquina, una celebración que cuenta con procesiones, misas, ensayos y otros eventos que se desarrollan en la zona antigua de la ciudad, pasando por calles en las que existen construcciones que no presentan un estado de conservación adecuado, un hecho que acentúa aún más si cabe la necesidad de emprender a la mayor brevedad posible la revisión general del casco histórico. Si son necesarias ejecuciones subsidiarias, que se realicen, pero una vez detectada la situación de riesgo, tiene que ser atajada de inmediato porque no cabe esperar ni confiar en la "providencia".
El concejal de Cultura por el PP, Francisco Javier Martínez, ha manifestado que el ayuntamiento no puede esperar a que se caigan partes de las casas para responder, sino que debe recuperar las acciones preventivas, como este tipo de revisiones que sirven para anticiparnos y evitar incidencias de mayor relevancia. Hemos de lamentar que echamos en falta que este tipo de labores se realicen con la regularidad que existía durante nuestros años de gobierno en Lorca. De hecho, sólo hemos visto cierto interés al respecto por parte del gobierno local cuando ha visitado nuestra ciudad algún responsable del PSOE, como fue el caso hace unos días de la ministra de Justicia.
Si los lorquinos tienen que esperar a que venga un ministro para que el ayuntamiento revise el estado de las construcciones del casco histórico, será muy mala señal, porque los vecinos de la zona nos han advertido de que existen numerosas casas que deberían ser revisadas a la mayor brevedad posible por el pésimo estado de conservación que presentan. Es el momento de actuar si no queremos lamentar males mayores.