La realidad es que la sequía no entiende de siglas políticas y está afectando muy gravemente a quienes mantienen la producción de alimentos para la despensa de gran parte del mundo. Las consecuencias de no lograr una política común en este sentido serían muy duras.
El Alcalde de Lorca, Fulgencio Gil, ha reivindicado el trabajo de los municipios a favor de la consecución de un Pacto Nacional del Agua que permita ofrecer seguridad y certidumbre a nuestros agricultores. Los Ayuntamientos, como administración más cercana al ciudadano, somos quienes más sufrimos esta situación, compartiendo las peticiones de nuestros profesionales del sector primario y padeciendo con ellos la falta de una política nacional común que nos permita superar una situación tan nefasta como la que actualmente atravesamos. Si hemos de ser los Ayuntamientos quienes borremos las diferencias políticas en el tema del agua, aceptemos ese reto.
Fulgencio Gil, que ha planteado esta cuestión en el transcurso de la reunión que la Federación de Municipios de la Región de Murcia ha mantenido esta mañana en nuestra ciudad, ha subrayado que la materialización de un consenso nacional en este tema tiene que ser la prioridad de todos, y exige aparcar diferencias políticas que perjudican a todos. La realidad es que la sequía no entiende de siglas políticas y está afectando muy gravemente a quienes mantienen la producción de alimentos para la despensa de gran parte del mundo. Las consecuencias de no lograr una política común en este sentido serían muy duras.
El Alcalde de Lorca ha destacado que es desde los Ayuntamientos desde donde impulsamos y construimos España. Hemos de ser capaces de canalizar los principales problemas que nos presentan nuestros ciudadanos, y en el caso del agua encontramos una cuestión que consideramos que debe ser de Estado. La vertebración de un país pasa indefectiblemente por el establecimiento de líneas de trabajo conjuntas. Si la medida más idónea fuera un Pacto de Estado al efecto, tendría que ponerse sobre la mesa ya para poder avanzar. Lo que no podemos consentir es que los agricultores de nuestra tierra sean condenados a una situación dramática. No es justo.
Fulgencio Gil ha manifestado, además, que los Ayuntamientos, gracias a nuestro contacto diario con la realidad de la gente, somos la administración que pone los pies en la tierra al resto, y en estos momentos tenemos que volver a llevar a cabo esta tarea independientemente del partido que esté al frente de cada Consistorio.
El agua no es un bien particular ni privado, no entiende de siglas ni de fronteras, es un bien nacional. Se han establecido medidas para que no falte, pero ahora pedimos seguridad y certidumbre. Lorca, y el levante español en general, necesitan transferencias de otras cuencas, trasvases, desalación, banco del agua y todas las medidas que constituyan una alternativa para la obtención de agua. Hay que acabar con el estrés hídrico perpetuo que sufrimos.
Si no apoyamos a los agricultores y ganaderos que con tanto esfuerzo abastecen nuestras despensas, nos estamos condenando a llenarla con productos de fuera, de peor calidad y reducidas garantías. Tenemos que comprometernos con los trabajadores del sector primario que producen las frutas, hortalizas, verduras y carne que a día de hoy abastecen nuestra despensa. España no puede dar la espalda al sector primario porque sería un acto no solo de tremenda insolidaridad, si no que nos estaríamos condenando a comprar productos extranjeros, con el consecuente perjuicio para nuestra economía. Si cierran el grifo a nuestros agricultores estarían dejando en manos de terceros países los alimentos que consumimos.
El Primer Edil ha recordado que cuando un español enciende la luz no se pregunta de dónde viene esa electricidad, debería ocurrir lo mismo con el agua. Pero la realidad es que los intereses insolidarios y egoístas se han impuesto al sentido común. Así no se puede seguir. Es cierto que hasta la fecha no ha faltado agua, pero las previsiones son muy preocupantes, y es el momento de que al menos los dos grandes partidos españoles, PP y PSOE, seamos capaces de cerrar un acuerdo definitivo. Eso es lo que se ha conseguido hacer cuando se han puesto sobre la mesa otros asuntos de prioridad nacional, y en el tema del agua se hace extraordinariamente preciso y urgente. Esto es lo que los españoles esperan ver de sus responsables políticos. Estamos ante una oportunidad histórica.