"Mientras quienes gobiernan esta ciudad no asumen su responsabilidad, aquí hay vecinos, contribuyentes, que están sufriendo un calvario: familias enfrentadas, denuncias cruzadas, disputas, depresiones, devaluación del precio de sus viviendas… ¿Quién resarce a estas personas del perjuicio personal y económico al que se están viendo abocados?", se pregunta la concejal de IU-Verdes, Gloria Martín
Izquierda Unida-Verdes trabaja desde hace meses junto a los afectados por la construcción de cebaderos y la ampliación de los existentes junto a sus viviendas. El objetivo es buscar soluciones y exigir a las administraciones una planificación eficaz para que los distintos tipos del suelo puedan desarrollarse en armonía, sin generar conflictos entre vecinos y empresarios.
La concejala de Izquierda Unida-Verdes, Gloria Martín, aseguró que ni su organización ni los vecinos afectados por esta problemática están en contra del sector ganadero. "A lo que oponemos es a un modelo de ordenación de nuestro territorio que fomenta la colisión entre el interés económico de algunos productores con los derechos ciudadanos, que deberían ser inviolables, a la salud y a un medio ambiente adecuado", aseguró.
"Mientras quienes gobiernan esta ciudad no asumen su responsabilidad, aquí hay vecinos, contribuyentes, que están sufriendo un calvario: familias enfrentadas, denuncias cruzadas, disputas, depresiones, devaluación del precio de sus viviendas… ¿Quién resarce a estas personas del perjuicio personal y económico al que se están viendo abocados?", se preguntó la edil de IU.
Martín recordó que el equipo de gobierno municipal del PP se comprometió hace cinco meses a convocar una comisión para abordar esta cuestión sin que, a día de hoy, se haya avanzado al respecto. "Entendemos que es un problema complejo pero el Ayuntamiento no puede dar la espalda a un enfrentamiento que amenaza con dinamitar la convivencia vecinal en muchos puntos de la geografía lorquina", afirmó.
Hablan los afectados
Por su parte, la portavoz de la plataforma 'Stop cebaderos junto a las casas', Concepción Bravo, informó que el pasado uno de noviembre, "en día festivo, casi con nocturnidad y alevosía", un camión descargó entorno a medio millar de cerdos en unas instalaciones que "siguen en obras, que no han pasado ninguna inspección y para las que sus propietarios no han comunicado el inicio de actividad". Se trata de la ampliación de un cebadero, situado a 35 metros de algunas viviendas, en el que está previsto explotar 1.290 cabezas de ganado porcino.
En ese sentido, y en respuesta a las recriminaciones hacia los vecinos vertidas por la concejala de Urbanismo del Ayuntamiento de Lorca, Saturnina Martínez, en medios de comunicación, Bravo explicó que sus casas se construyeron "hace más de 50 años, mucho antes de saber que tendríamos centenares de cerdos prácticamente en la puerta".
La portavoz de este colectivo también lamentó que la concejala de Urbanismo quitase importancia al problema "porque no afecta al casco urbano de Lorca". En ese sentido, Bravo se preguntó si para la concejala del PP los vecinos de Tercia "somos menos lorquinos porque no vivimos en la avenida Juan Carlos I". "¿Acaso no pagamos los mismos impuestos? ¿Nuestra salud, nuestro bienestar físico y psicológico tiene menos importancia? ¿Tenemos que ser considerados ciudadanos de tercera?, se lamentó Concepción Bravo.
Los afectados exigen la convocatoria de la comisión que abordará este problema y tener participación en ella. Advirtieron que, en estos meses, la Plataforma de afectados por los cebaderos junto a las casas ha crecido, que se están constituyendo legalmente y que ya hay representantes de Campillo, Tercia, Las Terreras y La Hoya y también de la vecina Puerto Lumbreras. Además interesados de otras diputaciones pidiendo información para sumarse.
Otra de las afectadas, Ana Belén Bravo, relató el calvario que está sufriendo: "He recibido amenazas delante de mis hijos, estoy en tratamiento psicológico por el sufrimiento que supone estar enfrentada a mi propia familia, mis médicos me han recomendado que venda mi casa, la única herencia que tengo de mi padre y donde tengo todos mis recuerdos, pero en la inmobiliaria ya me han dicho que no va a ser fácil por los olores y que tendría que ofrecerla a un precio irrisorio", explicó. No es el único caso con idénticas características.
Por todo ello, desde IU-Verdes y desde la Plataforma 'Stop cebaderos junto a las casas' exigen al Ayuntamiento que vele por los derechos de las personas. "No vamos a parar hasta recuperar la normalidad en nuestras vidas", aseguraron los afectados.