Ecologistas en Acción señala la contaminación atmosférica, el riesgo de contaminación de acuíferos, ya vulnerables por la contaminación de nitratos y el desmesurado consumo de agua extraída de pozos. Piden una moratoria de estas explotaciones por sus impactos ambientales.
La instalación y ampliación de macrogranjas de porcino, a pesar de los riesgos ambientales que conllevan, no cesan de aumentar. Ecologistas en Acción ha presentado ante la Dirección General de Ganadería, Pesca y Acuicultura un documento de alegaciones en las que se oponen a la ampliación de una macrogranja porcina (hasta 2.496 plazas), en el Paraje La Pedrera, diputación de Zarcilla de Ramos, en el término municipal de Lorca.
En las alegaciones presentadas, critican las emisiones contaminantes a la atmósfera (metano, amoniaco, óxido nitroso, partículas PM10, etc.) y el aumento del consumo de agua, en este caso extraída de pozo, en una zona de seguía estructural y vulnerable por contaminación por nitratos.
Así mismo señalan los altos volúmenes de purines generados y los malos olores producidos por las instalaciones. Las macrogranjas tienen que comunicar sus emisiones anuales a la atmosfera (registro PRTR) y disponer de una Autorización Ambiental Integrada (AAI) positiva.
La Región de Murcia es la tercera provincia en número de macrogranjas (después de Lleida y Huesca), con 20 municipios con al menos una macrogranja, es decir un 44’44% de porcentaje del total de municipios cuentan con 1 o más instalaciones de este tipo. Entre los 40 municipios con mayor número de macrogranjas en España se encuentra Lorca, con 40 explotaciones de porcino de cebo y 10 de madres reproductoras. Hay casi 400 macrogranjas en la región de las cuales solamente 183 disponen de Autorización Ambiental Integrada (AAI). Se produce así un enorme impacto ambiental: emisiones de amoniaco, de metano y vertidos de purines cargados de nitratos que pasan al suelo y a los acuíferos.
El 92% de las emisiones de amoníaco en España son originadas por la ganadería industrial y siguen aumentando, al contrario que el resto de Europa. La Comisión Europea ha denunciado reiteradamente a España por exceder sus emisiones de amoniaco un 39% sobre el umbral establecido.
El incremento de estas macrogranjas no da respuesta a las necesidades de la región, ni tan siquiera da respuesta a las necesidades del consumo de carne nacional, puesto que muchas de ellas han proliferado a tenor de las restricciones legales que los países del norte de Europa han establecido, limitando este modelo intensivo en sus territorios, lo que alienta la intensificación de la actividad aquí, con los consecuentes impactos, que evidentemente no se exportan.
La administración regional no hace nada frente al crecimiento exponencial e insostenible de la agricultura industrial intensiva de porcino. La inacción de la administración regional es una amenaza, no solo para el medioambiente y la salud, sino también para el propio sector ganadero, favoreciendo el desarrollo de prácticas irregulares e insostenibles, y aumentando los impactos ambientales sobre el suelo y los acuíferos, frente a la laxitud del control institucional.
En nuestra región, las movilizaciones contra las macrogranjas y sus impactos ambientales y sociales ha sido una constante. Se han producido movilizaciones y concentraciones en Yecla, Jumilla, Lorca, Cehegín, Caravaca y Cieza. Ecologistas en Acción reclama un giro radical de las instituciones públicas, una crítica rigurosa a la demagogia de una parte del sector ganadero industrial intensivo, y apuesta por otro modelo en el que prime la sostenibilidad y el cambio de pautas en el consumo.