Los agricultores europeos se enfrentan a un futuro incierto debido a las políticas medioambientales impulsadas por la Unión Europea (UE) y su enfoque en la sostenibilidad como parte de la Agenda 2030. Aunque la sostenibilidad es un objetivo loable, se ha generado preocupación en el sector primario, en particular entre los agricultores y pescadores, debido a la Ley de Restauración de la Naturaleza, que amenaza con poner en peligro sus medios de vida y la producción de alimentos en la UE.
La Ley de la Restauración de la Naturaleza es objeto de críticas por parte de los representantes de los agricultores y cooperativas agrarias y de los pescadores, así como por la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA).
Desde VALORES creemos que esta legislación está mal enfocada y es, poco realista y definitivamente inaplicable, ya que no tiene en cuenta los desafíos reales a los que se enfrenta el sector.
Se hace necesario implicar a los agricultores y pescadores en el diseño de políticas ambientales efectivas; con el fin de encontrar un equilibrio entre la protección del medio ambiente y la producción de alimentos, especialmente en un momento en el que Europa ya importa el 70% de los productos del mar que consume.
Esta ley al entrar en vigor, aproximadamente el 40% de la superficie de la Red Natura 2000 (res de áreas de conservación de la biodiversidad en la UE), se volvería improductiva para la agricultura y la pesca. Esto afectaría negativamente a los agricultores que ya cumplen con numerosos condicionantes de conservación ambiental, como las Zonas Especiales de Conservación (ZEC) y las zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
Desde VALORES expresamos nuestra preocupación ya que, bajo la apariencia de la protección del medio ambiente en Europa, en realidad se busca reducir la producción agraria para favorecer las exportaciones de bienes industriales, tecnológicos y de servicios de algunos países europeos. De tal modo que Bruselas está priorizando los intereses comerciales de unos pocos sobre la autosuficiencia alimentaria europea, lo que conlleva a una mayor dependencia de las importaciones de alimentos de terceros países.
Lamentamos profundamente la suerte que corremos con las desastrosas ministras que no gobiernan como la de Transición Ecológica, Teresa Ribera, quien argumenta que es necesario no solo conservar sino también restaurar los ecosistemas. Sin embargo, la seguridad alimentaria en España no se promueve atacando a la agricultura y la ganadería.
Y para colmo, se nos plantea otra invasión de productos alimentarios chinos como el de los cereales. Pues según MARA (el Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales de China), se espera que China haga significativos avances en su industria agrícola para 2025. Entre los que incluye el arroz, trigo, maíz, que tiene previsto la exportación a Europa de millones de toneladas de grano.
Recordemos que China se guía por el principio de la autosuficiencia alimentaria básica y busca implementar un sistema de protección de las tierras de cultivo más riguroso, así como mejorar la gestión de su uso.
Instamos al Ministerio con competencias en Agricultura, y a la Consejería de la misma cartera en la Región de Murcia a que tenga como objetivo principal garantizar la seguridad alimentaria y el crecimiento sostenible de la producción de los elementos primarios de la agricultura de nuestra Región, impulsando la autosuficiencia alimentaria. Hay que evitar además la entrada, no sólo de los productos que no cumplen la trazabilidad exigida en España, sino la de otros que vienen infectados como los 37 lotes de naranjas procedentes de África con un hongo que seca el arbolado de los cítricos.
ROSARIO SEGURA
Portavocía de Valores Lorca
Región de Murcia