Alerta sobre deterioro del Huerto Ruano: urgente restauración para preservar el patrimonio lorquino

El Huerto Ruano, construido en la segunda mitad del siglo XIX, es uno de los edificios más destacados de Lorca, reflejo de la poderosa burguesía lorquina. El inmueble posee una gran singularidad, lo que no evitó que cayera en la ruina hasta que fue comprado por el Ayuntamiento de Lorca en 1996, momento en que se acometió su restauración. No obstante, el Huerto Ruano presenta ahora daños que, de no ponerles remedio, hará que una parte importante de este desaparezca.

La Asociación Lorca por su Patrimonio Cultural es quien ha denunciado el mal estado de conservación de la carpintería del icónico edificio, habiendo además informado de ello a la Dirección General de Bienes Culturales y al Ayuntamiento de Lorca. Concretamente se trata de agrietamientos, suciedad y pérdida de material que hacen necesaria una urgente consolidación ya que a la madera, como es sabido, le afectan especialmente los cambios térmicos y de humedad. Desde Lorca por su Patrimonio Cultural recuerdan que "al igual que ocurre con las estructuras de los edificios del Casco Histórico, si no se actúa y se hacen las labores de conservación periódicas se obtiene como resultado la desaparición paulatina de nuestro patrimonio. Por ello es obligatorio acometer labores de consolidación y restauración de las carpinterías del Huerto Ruano ya que las inclemencias del tiempo aceleran su deterioro al estar hablando de elementos que se encuentran en el exterior del edificio y por lo tanto completamente desprotegidas". Además, dicen, se trata de un edificio catalogado como Bien de Interés Cultural, por lo que una de las responsabilidades de su titular efectivo es el de conservarlo adecuadamente.

Del edificio destaca su estilo ecléctico, siendo el espacio más conocido su salón nazarí, decorado con paneles de papel prensado que imitan en la medida de lo posible las yeserías de la Alhambra. También destacan las pinturas de Wssel de Guimbarda ubicadas en el techo. El edificio estaba decorado con una serie de muebles de los siglos XIX y principios del XX y tenía un amplio jardín con fuente central y otras zonas como un huerto, hoy desaparecido. También fue sede del Banco de Cartagena. En la actualidad su uso es cultural, albergando exposiciones, conferencias, presentaciones de libros, actos políticos, etc. Se trata de uno de los edificios más icónicos de Lorca y único ejemplo conservado de lo que fue la actual Avenida de Juan Carlos I antes de cambiar las grandes e interesantes casonas y arboleda por los edificios que podemos ver en la actualidad.

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